Con poco más de un mes sin contagios de dengue, Tucumán no canta victoria. Al contrario, no sólo se advierte que con cuando llegue del calor habrá posibilidades de que vuelva la emergencia que en la última temporada produjo un brote sin precedente en nuestra provincia, con un récord de casi 68.000 contagios y 44 muertes, sino que hay inquietud. Por un lado, por lo que sucede en provincias como Chaco y Formosa, que hasta hoy siguen registrando casos autóctonos de la enfermedad; y por otro, por la lentitud en el proceso de vacunación entre los tucumanos.

Esta semana que pasó, en del Día Internacional contra el Dengue, un funcionario habló de las cosas positivas de la campaña que se han notado en este tiempo sin contagios y también de la preocupación que genera que una buena parte de la población aún no haya asimilado la peligrosa realidad de la emergencia. “Venimos de dos epidemias de dengue sucesivas, 2023 y 2024, y sí notamos más compromiso de los vecinos, más de aquellos que transitaron la enfermedad o tuvieron algún familiar enfermo, quienes cuando los visitamos nos cuentan lo mal que la pasaron al enfermarse. Pero también seguimos encontrando viviendas críticas, donde hay muchos criaderos y los vecinos no demuestran interés en tomar acciones correctivas. A veces los mismos vecinos en el operativo denuncian a alguna vivienda puntal por la cantidad de material acumulado que tiene en patios o fondos. Es importante recordar que el mosquito Aedes aegypti tiene un vuelo de hasta 100 metros a la redonda, se mueve prácticamente en la misma manzana del criadero en el cual se desarrolló. Y una vivienda que cuente con numerosos sitios de cría está perjudicando a todos los vecinos. Por eso es importante que todos se comprometan a la limpieza de las viviendas y a la erradicación de criaderos”. Tal fue la descripción del experto, que enumeró las tareas que se llevan a cabo: se hizo un registro de sitios críticos, con un mapeo de chatarrerías, personas acumuladoras, cementerios, gomerías, talleres mecánicos, empresas de colectivos o empresas de transporte de carga, que por su actividad podrían tener siempre criaderos. Desde comienzos de julio se han hecho más de 100 operativos y hay una Brigada de Control de Vectores con 1.000 agentes sanitarios por toda la provincia. También sea plican larvicidas; se trabaja con sensores de larvas; hay un stock de vacunas y se ha establecido un cronograma para vacunar a diferentes sectores de la población. Pero también hay que tener en cuenta que todavía esto es lento. Asimismo, se  suman nuevas preocupaciones, como la de que el mosquito tiene mutaciones que lo hacen resistente a los repelentes.

“La medida más importante y efectiva siempre será el ordenamiento ambiental, porque vamos a la raíz del problema, que es el criadero”, explicó el experto. “La limpieza y el orden son necesarios para que el mosquito no cuente con sitios para poder desarrollarse. Y con esta medida estamos reduciendo huevos, larvas y pupas del Aedes aegypti”. Conviene tenerelo en cuenta.